Tras el asesinato de un gran amigo, la diva argentina Susana Gimenez pide en cámara la pena de muerte como escarmiento para aquellos que matan en un acto de delincuencia: los medios estallan en el pais trasandino y se forma un escándalo de proporciones que deriva en una potente polémica social, involucrando desde la clase política hasta la discusión de barrio.
Frente a lo que sucede hoy podemos hacer varios análisis ,pero el que de pronto llamó más mi atención es como, de la manera más impensada e improbable (una diva con ataque de nervios en tv) puede generar un debate sobre violencia, seguridad y ddhh a nivel nacional, ¿por qué se produce esto?, ¿es casual?. Pero no nos sorprendamos tanto con los argentinos, ya que en todos los países, donde la supremacía de la palabra está tomada por los mass medios ,ocurren este tipo de sucesos, es decir, que de la nada explote un problema social evidente, anclado en las brutales diferencias de clases y en la inexistente distribución del ingreso, grandes clásicos latinoamericanos.
Pero de una olla se destapa otra y la madres de la plaza de mayo, cuya voz es la señora Bonafidi pide que estas "vedettes que se acostaban con los militares no hablen de derechos humanos", no tuvimos tiempo para el debate sobre la pena de muerte y ya se instala otro, la supuesta participacion, colaboración o presencia al menos, en el proceso militar, de ciertos personajes que aparecen hoy como respetables señoras del espectáculo argentino, ovacionadas por un pueblo que no quiere creer lo que oye. (Tal vez el pueblo tenga razón y esto solo sea un arrebato de otra "diva", ahora de los ddhh, pero tengamos en cuenta que este es el pueblo que, aún ante las majaderas pruebas, se niega a creer que su querida Eva Perón aceptó el ingreso y residencia de los nazis a cambio de oro.)
Lo atractivo de este espiral de debates , que parecen avalanzarse uno sobre el otro apresuradamente, es que la televisión misma toma palco, como una observante más, como si no fuese ella misma la instigadora principal del tremendo zapato chino en que se encuentran sus participantes. Pareciera , en principio, que ellos solo ponen "la cámara" , como si estuvieran prestando una suerte de servicio a aquel que desee hablar, pero lo que ha ocurrido aquí es otra cosa : la noticia no es que Susana Jimenez haya hablado a favor de la pena de muerte, la noticia es que lo hizo por televisión, la noticia no es que se diga que las vedettes de antaño fueron servidoras sexuales de los torturadores, es que se dijo por televisión. La televisión cumple, en estos casos, como en muchos otros, de descubrir la polvora e inventar la rueda y que estos inventos , ingeniosos y novedosísimos, exploten y pongan de cabeza el acontecer nacional y las primera planas de los periódicos.
El meollo del asunto es que en este huracán de polémicas que se atropellan unas a otras, no cabe ningún espacio para la información, la reflexión y la toma de posición. El problema parece radicar, al menos desde alguno de sus costados, en la falta de liderazgo que los mass medio tienen frente a lo que ellos mismos proponen. Esa ausencia de ellos mismos está matando el periodismo y la opinión. Más allá de las señoras Gimenez y Bonafidi, que hay del medio en sí, que propone, que tiene para darnos?.
La culpa no es las vedettes , ni de las madres de mayo, la responsabilidad aquí solo cabe a la tv que , en su búsqueda insesante del rating, expone a la ciudadanía a una gran frustración, a un vacío absoluto y cuando todo esto termine quedarán con la equívoca sensación de que , estos tremendos temas, en realidad, da lo mismo discutirlos que no. Tremendo error.